
Una entrada encontrada en el blog "Pedazos de Carbono"
El
lenguaje que usamos a diario es a veces confuso. Hay palabras que -aunque
técnicamente tienen significados distintos- las usamos casi como
sinónimos, y el significado mismo de una palabra no siempre se puede
establecer de manera precisa. Para complicar las cosas, el lenguaje
evoluciona con el tiempo: por un lado nuestro conocimiento aumenta y
podemos delinear mejor algunos conceptos, mientras que por el otro al
final las palabras significan lo que la gente cree que significan y los usos “incorrectos” se convierten en nuevas definiciones del diccionario.
Un ejemplo muy claro de esto es la típica confusión entre palabras como
mono, simio, chango, primate..., que la gente solemos usar a veces
sin mucho cuidado para referirnos más o menos a la misma idea. Y aunque
uno pensaría que basta con mirar las definiciones en un diccionario o un
libro de texto en biología, tratar de desenmarañar este embrollo no
siempre resulta fácil. No siempre es claro qué nombres científicos
corresponden mejor a cuáles nombres comunes, mientras que la
clasificación científica misma ha sido, y sigue siendo aún,
constantemente revisada y refinada.
Teniendo en mente estas precauciones, sin embargo, por supuesto que es
posible tratar de clarificar un poco más estos conceptos tomando en
cuenta como base la clasificación cladística moderna -basada en líneas de evolución- de los primates.
Los primates son un orden de mamíferos que contiene al humano y a muchos de nuestros parientes más cercanos. Este grupo se divide en dos subórdenes: el de los estrepsirrinos, que contiene a lémures y lórises con una nariz “húmeda”, y el de los haplorrinos
que contiene al resto de los primates. Una de las partes de nuestro
árbol evolutivo se encuentra aún en constante discusión y revisión es,
de hecho, la separación entre lémures y lórises. Algunos consideran a los lórises un subgrupo de los lémures, mientras que otros sugieren que el Aye-aye forma de hecho su propio grupo independiente de los otros dos.
Como sea, dentro de los haplorrinos encontramos a los tarseros, de los cuales la mayoría están ya extintos, y los simiiformes que a su ves se dividen eventualmente en tres grupos: los monos del nuevo mundo -como los monos capuchinos, micos nocturnos, y monos aulladores- los monos del viejo mundo -como los babuinos y macacos- así como la súperfamilia de los hominoides o simios.
La palabra “simio” (ape en inglés) es una de esas que causan gran
confusión y se usa con frecuencia para referirse a cosas distintas.
Algunos dicen que todos los simiiformes son simios, otros dicen que los
simios son todos los simios menos el humano (¿pues qué tenemos de
especiales?). Lo más aceptado en la literatura científica moderna es,
sin embargo, identificar como hemos hecho a los simios con toda la súperfamilia Hominoidea que se separó hace 25 millones de años de los monos del viejo mundo.
Por su parte la palabra “mono” (monkey en inglés)
tradicionalmente se usa para referirse a todos los simiiformes—tanto
monos del nuevo como el viejo mundo—pero excluyendo a los simios. Por lo
tanto, decir que “los humanos somos monos” o “los humanos venimos de
los monos” sería técnicamente incorrecto. Técnicamente sería más
correcto decir que “los humanos y los monos tenemos un ancestro común”,
que vivió antes de la separación evolutiva entre platirrinos y
catarrinos. Aunque en realidad, técnicamente, lo más correcto
sería quizá extender el significado de “mono” para incluir también a los
simios. De otro modo la palabra no tiene mucho sentido cladísticamente
(es decir respetando las líneas de evolución), sería como inventar una
palabra para referirse a: “todas las personas menos las que tienen el
cabello rubio”.
Siguiendo entonces con nuestra clasificación los simios dividen en simios menores -donde se encuentran los gibones- y grandes simios o mejor conocidos como homínidos. Evolutivamente el género Pongo de los orangutanes es el primero en separarse. Del resto, la subfamilia Homininae, se separa el genero Gorilla -donde se encuentran, duh, ¡los gorilas!- dejando la tribu Hominini con dos géneros: Homo, donde está el humano, y Pan, que contiene solamente a la especie del chimpancés y la del bonobo.
Ah, ya para terminar, sólo me falta explicar la palabra “chango”
que -apenas me vengo enterando- en realidad sólo en México lo usamos como
sinónimo de “mono” o de “simio”. Originalmente la palabra chango
se refiere a una etnia que habitaba en el norte de Chile y, sospecho
que con intenciones medio racistas, su significado en México fue
cambiando hasta el actual que le damos.
Interesante todo lo que se puede aprender con tan sólo tratar de aclarar el significado de las palabras que usamos, ¿no?"
JUAN
Mil gracias, Juan , por tu reflexión!
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