lunes, 24 de marzo de 2014

Apareamiento animal

Traigo aquí una selección de una maravillosa entrada
del Blog amigo:  
"La ciencia de la Vida"

... con tu permiso Carlos y mi inmenso agradecimiento!

Algunas formas curiosas de apareamiento en los animales

Bajo este título se publican una serie de divertidas y coloridas viñetas en las que se ilustran los rituales de apareamiento y las curiosidades con respecto al sexo de diversas especies animales. Las vi anoche en Facebook y el post original en el que aparecían me hizo tanta gracia que no he dudado en improvisar esta entrada para La ciencia de la vida.

Hiena moteada, Crocuta crocuta. Las hienas hembra son más grandes y agresivas que los machos, y en las manadas existe un orden jerárquico bastante marcado, en el que, incluso la hembra de rango más bajo está por encima del macho de rango más alto. De hecho incluso los machos adultos les tienen bastante respeto a las crías hembras. Lo que se representa en la viñeta es que las hembras tienen un pseudopene (en realidad es el clítoris) que en erección es más grande y más largo que el pene de los machos en erección. Dicho pseudopene le sirve a la hiena hembra tanto para orinar como para copular o para parir a sus crías, con la consiguiente dificultad que le supone a los machos introducir su pene en el pseudopene femenino...

Pseudopene de la hiena. Fuente

Ave del paraíso. Familia Paradisaeidae. En muchas especies de aves los machos son más coloridos que las hembras, y las aves del paraíso llevan esto hasta el extremo presentando sus machos unos colores poderosamente llamativos. Además de esto, realizan unos espectaculares bailes y movimientos en unos complicados rituales de cortejo, previos al apareamiento, y las hembras escogen tanto a los de plumaje más llamativo o extravagante como a los que realizan bailes más complejos, por lo que se seleccionan los genes que se traducen en dichas características, que se van acentuando tras cada generación.

Ave del paraíso macho. Fuente


Bonobo, Pan paniscus. Los bonobos son unos primates muy parecidos a los chimpancés, y como tales muy parecidos a nosotros mismos en muchos sentidos. En las sociedades de chimpancés son los machos más fuertes los que imponen sus reglas y dominan al resto de componentes de su grupo, al contrario de lo que ocurre con los bonobos, en cuyas sociedades, incluso las hembras más débiles pueden imponer su criterio utilizando el sexo para ello. Cualquier conflicto que surja entre ellos puede ser resuelto mediante el sexo, así, cuando dos machos se enfrentan por una hembra, es habitual que tengan sexo entre ellos lo cual afianza su amistad además de relajar los ánimos. Si dos hembras entran en conflicto, por ejemplo por haber golpeado a una cría, rápidamente lo resuelven frotando sus clitoris mutuamente; o si un macho se está volviendo agresivo, cualquier hembra puede tener sexo con él para que se tranquilice. Todo esto hace que las sociedades de bonobos sean de las más pacíficas dentro del reino animal, por lo que se cumple, literalmente, el dicho de "Haz el amor y no la guerra".

Un grupo de bonobos. Fuente


Pez disco, género Symphysodon. Los peces no son reconocidos precisamente por el cuidado de sus crías, pero en este caso, los peces del género Symphysodon forman parejas monógamas en las que el macho cuida de la hembra mientras que ésta a su vez cuida de su puesta. Cuando los huevos eclosionan, ambos padres cuidan de los pequeños e incluso los alimentan con una secreción lechosa que fluye a través de su piel. Sería algo semejante a la lactancia en mamíferos, pero en este caso los encargados de "amamantar" son tanto el macho como la hembra.

Pez disco. Fuente

Araña metelina, Metellina segmentata. Al igual que otros machos arácnidos, los ejemplares de esta especie tienen que tener cuidado para no ser devorados por la hembra tras o durante la cópula. Los machos de Metellina, además de entregar un regalo consistente en un insecto envuelto en tela de araña, se encargan de atar cuidadosamente a la hembra, habitualmente mayor que ellos, en una especie de bondage artrópodo. La araña hembra puede liberarse con bastante facilidad por lo que el macho tiene que ser especialmente cuidadoso y habilidoso para copular y retirarse del peligro lo más rápido posible.

Metellina segmentata. Fuente


Hormigas, familia Formicidae. Las hormigas son insectos sociales y como tales es la reina la encargada de producir el total de huevos para ir aumentando el número de individuos de la colonia. Para ello copula con un reducido número de machos y guarda su esperma para usarlo posteriormente y poder dar lugar al nacimiento de obreras, todas hembras. Para que nazca un macho la hembra tiene que conseguir que sigan adelante algunos óvulos sin que sean fertilizados por el esperma que guardó durante la copula, lo que significa que las hormigas machos no tienen padre. Es lo que se conoce como haplodiploidia, una forma de partenogénesis.
Hormigas. Fuente

Caballito de mar, género Hippocampus. Los caballitos de mar hembra, tienen un ovopositor para poder depositar sus óvulos en la bolsa que los machos tienen para fecundarlos, lo que resulta en una especie de "embarazo" del macho. Así los pequeños pueden ser protegidos por el padre mientras que la madre puede dedicar más esfuerzos en producir más huevos. La bolsa del macho recibe el nombre de marsupio y además de contener los huevos fecundados, también puede facilitar nutrientes a los embriones.
Caballito de mar macho. Fuente

Gallo de salvia, Centrocercus urophasianus. Los machos de estas magníficas aves, al igual que algunos de sus parientes, se pavonean y contonean delante de las hembras para demostrar su poderío, pudiendo llegar incluso a la lucha, aunque esto no es lo más habitual. Lo frecuente es que estos conatos de lucha no sean más que una serie de bailes y desfiles de modelos donde los machos muestran sus bonitos plumajes y amagan con la pelea sin llegar a enfrentarse. Las exhibiciones ante las hembras consisten en formar un abanico erizado con la cola, hinchar el cuello y llenar los sacos aéreos de su pecho para emitir unos sonidos profundos. 
Gallo de salvia. Fuente


Kiwi, género Apteryx. Los kiwis son unas de las aves más extrañas de nuestro planeta, sin lugar a dudas, evidentemente debido a su aspecto, pero también cabe destacar el enorme tamaño que alcanza el huevo cuando se está formando en el interior de la hembra, llegando a ocupar prácticamente todo el cuerpo de ésta, comprimiendo sus órganos a un nivel exagerado, impidiéndole casi respirar, y cuando esta a punto de ponerlo, impidiendo que se pueda alimentar. Una vez puesto, es el macho el que toma el relevo para incubarlo durante un periodo de entre 60 y 60 días, tras el cual nace un pollo muy desarrollado y muy parecido a los adultos.
Esqueleto de kiwi hembra con huevo. Fuente


Tamarinos, género Saguinus. En estos pequeños monos podemos encontrar múltiples combinaciones familiares, como un macho y una hembra, o un macho con dos hembras, pero lo más frecuente es una hembra con dos machos, por la sencilla razón de que la hembra comúnmente tiene gemelos o mellizos, y son los machos los encargados de cuidar a las crías una vez nacidas. La hembra solo se ocupa de ellos para amamantarlos. De esta manera es más sencillo que cada macho se haga cargo de una de las crías y el reparto de tareas es más eficiente. Los machos que deciden estar ellos solos con dos hembras, se arriesgan a tener que cargar con cuatro crías a la vez...
Tamarino. Fuente



Lagartos uta, género Uta. Estos lagartos del desierto norteamericano presentan tres diferentes tipos de machos, que además se comportan de manera diferente. Los lagartos de garganta naranja son ultradominantes, debido a sus elevados niveles de testosterona, y se intentan rodear del máximo número posible de hembras, así como intentan tener el máximo territorio bajo su dominio. Los de garganta azul son más pequeños y poseen un territorio menos extenso, suficiente para una sola hembra, a la que se unen formando lazos más estrechos que sus colegas de garganta naranja. Los de garganta amarilla tienen un patrón de color parecido al de las hembras y no tienen un territorio propio, pero se pueden infiltrar en el territorio de los de garganta naranja y aparearse con sus hembras, ya que estos no pasan demasiado tiempo con cada una de ellas, aunque no pueden hacer esto mismo con los de garganta azul, cuyas hembras son fieles y se enfrentarían a ellos. Resumiendo, este comportamiento complejo sería algo así como un juego de piedra-papel-tijeras, donde los naranja vencen a los azules, los azules a los amarillos y los amarillos a los naranja. 
Lagarto uta. Fuente

Sepia, orden Sepíidos. Las sepias macho grandes y fuertes pueden buscar un territorio y unas rocas apropiados para que las hembras puedan realizar la puesta y rodearse de varias de ellas, defendiendo dicho territorio frente a otros machos que quieran fecundar a las suyas. Pero algunos machos más pequeños y más inteligentes pueden usar sus cromatóforos y sus espectaculares cambios de color para parecerse a las hembras y pasar desapercibidos internándose en el feudo de otro macho más grande y fuerte. El nivel de engaño es tan elaborado que incluso pueden llegar a realizar juegos y caricias con el macho dominante para engatusarlo. Cuando no hay peligro revela su verdadera apariencia frente a alguna de las hembras que se deja fecundar por él, huyendo del lugar inmediatamente después.
Sepias. Fuente


Combatientes, Philomachus pugnax. Los combatientes son unas aves cuyos machos en celo tienen grandes gorgueras de plumas y moños auriculares, que varían individualmente en colores y en diseño. Los machos se exhiben compitiendo unos con otros sobre un área especial de terreno, no solo para impresionar a las hembras, sino para establecer jerarquías entre ellos. Asimismo, según las estrategias que usen podemos diferenciar tres tipos de machos, los "territoriales", que son más grandes y agresivos hacia otros machos, pasando la mayor parte del tiempo peleando con los demás; los "satélites", que son también grandes como los anteriores, pero menos fuertes y más ágiles y llamativos, con un mayor número de plumas de colores. Al contrario que los territoriales, los satélites no tienen un territorio propio para proteger sino que viven junto a los territoriales dentro de su territorio, compartiendo algunas de las hembras. Los primeros toleran su presencia debido a que son muy llamativos y es posible que gracias a ellos más hembras sean atraídas a su territorio. El último tipo son los raros "bisexuales", mucho más pequeños y débiles que los anteriores y con aspecto que recuerda ligeramente a las hembras, que también son tolerados en los territorios de los primeros, debido a que los comportamientos homosexuales de estos atraen poderosamente a las hembras. Las hembras de combatiente son extremadamente promiscuas y se aparean con los tres tipos, aunque el orden de preferencia es 1º bisexuales, 2º satélites y 3º territoriales.
Combatiente. Fuente

Como habéis podido observar el mundo animal no deja de sorprendernos, y eso que lo que hemos visto aquí no es más que una pequeña muestra, que podríamos ampliar mucho más haciendo un recorrido por las diferentes estrategias sexuales que tienen las múltiples especies que habitan nuestro planeta.

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