Traigo aquí una selección de una maravillosa entrada
del Blog amigo:
"La ciencia de la Vida"
... con tu permiso Carlos y mi inmenso agradecimiento!
Hiena moteada, Crocuta crocuta. Las hienas hembra son
más grandes y agresivas que los machos, y en las manadas existe un orden
jerárquico bastante marcado, en el que, incluso la hembra de rango más
bajo está por encima del macho de rango más alto. De hecho incluso los
machos adultos les tienen bastante respeto a las crías hembras. Lo que
se representa en la viñeta es que las hembras tienen un pseudopene (en
realidad es el clítoris) que en erección es más grande y más largo que
el pene de los machos en erección. Dicho pseudopene le sirve a la hiena
hembra tanto para orinar como para copular o para parir a sus crías, con
la consiguiente dificultad que le supone a los machos introducir su
pene en el pseudopene femenino...
Pseudopene de la hiena. Fuente |
Ave del paraíso. Familia Paradisaeidae. En muchas especies de
aves los machos son más coloridos que las hembras, y las aves del
paraíso llevan esto hasta el extremo presentando sus machos unos colores
poderosamente llamativos. Además de esto, realizan unos espectaculares
bailes y movimientos en unos complicados rituales de cortejo, previos al
apareamiento, y las hembras escogen tanto a los de plumaje más
llamativo o extravagante como a los que realizan bailes más complejos,
por lo que se seleccionan los genes que se traducen en dichas
características, que se van acentuando tras cada generación.
Ave del paraíso macho. Fuente |
Bonobo, Pan paniscus. Los bonobos son unos primates muy
parecidos a los chimpancés, y como tales muy parecidos a nosotros mismos
en muchos sentidos. En las sociedades de chimpancés son los machos más
fuertes los que imponen sus reglas y dominan al resto de componentes de
su grupo, al contrario de lo que ocurre con los bonobos, en cuyas
sociedades, incluso las hembras más débiles pueden imponer su criterio
utilizando el sexo para ello. Cualquier conflicto que surja entre ellos
puede ser resuelto mediante el sexo, así, cuando dos machos se enfrentan
por una hembra, es habitual que tengan sexo entre ellos lo cual afianza
su amistad además de relajar los ánimos. Si dos hembras entran en
conflicto, por ejemplo por haber golpeado a una cría, rápidamente lo
resuelven frotando sus clitoris mutuamente; o si un macho se está
volviendo agresivo, cualquier hembra puede tener sexo con él para que se
tranquilice. Todo esto hace que las sociedades de bonobos sean de las
más pacíficas dentro del reino animal, por lo que se cumple,
literalmente, el dicho de "Haz el amor y no la guerra".
Pez disco, género Symphysodon. Los peces no son reconocidos
precisamente por el cuidado de sus crías, pero en este caso, los peces
del género Symphysodon forman parejas monógamas en las que el macho
cuida de la hembra mientras que ésta a su vez cuida de su puesta. Cuando
los huevos eclosionan, ambos padres cuidan de los pequeños e incluso
los alimentan con una secreción lechosa que fluye a través de su piel.
Sería algo semejante a la lactancia en mamíferos, pero en este caso los
encargados de "amamantar" son tanto el macho como la hembra.
Pez disco. Fuente |
Araña metelina, Metellina segmentata. Al igual que otros
machos arácnidos, los ejemplares de esta especie tienen que tener
cuidado para no ser devorados por la hembra tras o durante la cópula.
Los machos de Metellina, además de entregar un regalo consistente en un
insecto envuelto en tela de araña, se encargan de atar cuidadosamente a
la hembra, habitualmente mayor que ellos, en una especie de bondage
artrópodo. La araña hembra puede liberarse con bastante facilidad por
lo que el macho tiene que ser especialmente cuidadoso y habilidoso para
copular y retirarse del peligro lo más rápido posible.
Hormigas, familia Formicidae. Las hormigas son insectos
sociales y como tales es la reina la encargada de producir el total de
huevos para ir aumentando el número de individuos de la colonia. Para
ello copula con un reducido número de machos y guarda su esperma para
usarlo posteriormente y poder dar lugar al nacimiento de obreras, todas
hembras. Para que nazca un macho la hembra tiene que conseguir que sigan
adelante algunos óvulos sin que sean fertilizados por el esperma que
guardó durante la copula, lo que significa que las hormigas machos no
tienen padre. Es lo que se conoce como haplodiploidia, una forma de
partenogénesis.
Hormigas. Fuente |
Caballito de mar, género Hippocampus. Los caballitos de
mar hembra, tienen un ovopositor para poder depositar sus óvulos en la
bolsa que los machos tienen para fecundarlos, lo que resulta en una
especie de "embarazo" del macho. Así los pequeños pueden ser protegidos
por el padre mientras que la madre puede dedicar más esfuerzos en
producir más huevos. La bolsa del macho recibe el nombre de marsupio y
además de contener los huevos fecundados, también puede facilitar
nutrientes a los embriones.
Caballito de mar macho. Fuente |
Gallo de salvia, Centrocercus urophasianus. Los machos
de estas magníficas aves, al igual que algunos de sus parientes, se
pavonean y contonean delante de las hembras para demostrar su poderío,
pudiendo llegar incluso a la lucha, aunque esto no es lo más habitual.
Lo frecuente es que estos conatos de lucha no sean más que una serie de
bailes y desfiles de modelos donde los machos muestran sus bonitos
plumajes y amagan con la pelea sin llegar a enfrentarse. Las
exhibiciones ante las hembras consisten en formar un abanico erizado con
la cola, hinchar el cuello y llenar los sacos aéreos de su pecho para
emitir unos sonidos profundos.
Gallo de salvia. Fuente |
Kiwi, género Apteryx. Los kiwis son unas de las aves más
extrañas de nuestro planeta, sin lugar a dudas, evidentemente debido a
su aspecto, pero también cabe destacar el enorme tamaño que alcanza el
huevo cuando se está formando en el interior de la hembra, llegando a
ocupar prácticamente todo el cuerpo de ésta, comprimiendo sus órganos a
un nivel exagerado, impidiéndole casi respirar, y cuando esta a punto de
ponerlo, impidiendo que se pueda alimentar. Una vez puesto, es el macho
el que toma el relevo para incubarlo durante un periodo de entre 60 y
60 días, tras el cual nace un pollo muy desarrollado y muy parecido a
los adultos.
Esqueleto de kiwi hembra con huevo. Fuente |
Tamarinos, género Saguinus. En estos pequeños monos
podemos encontrar múltiples combinaciones familiares, como un macho y
una hembra, o un macho con dos hembras, pero lo más frecuente es una
hembra con dos machos, por la sencilla razón de que la hembra comúnmente
tiene gemelos o mellizos, y son los machos los encargados de cuidar a
las crías una vez nacidas. La hembra solo se ocupa de ellos para
amamantarlos. De esta manera es más sencillo que cada macho se haga
cargo de una de las crías y el reparto de tareas es más eficiente. Los
machos que deciden estar ellos solos con dos hembras, se arriesgan a
tener que cargar con cuatro crías a la vez...
Tamarino. Fuente |
Lagartos uta, género Uta. Estos lagartos del desierto
norteamericano presentan tres diferentes tipos de machos, que además se
comportan de manera diferente. Los lagartos de garganta naranja son
ultradominantes, debido a sus elevados niveles de testosterona, y se
intentan rodear del máximo número posible de hembras, así como intentan
tener el máximo territorio bajo su dominio. Los de garganta azul son más
pequeños y poseen un territorio menos extenso, suficiente para una sola
hembra, a la que se unen formando lazos más estrechos que sus colegas
de garganta naranja. Los de garganta amarilla tienen un patrón de color
parecido al de las hembras y no tienen un territorio propio, pero se
pueden infiltrar en el territorio de los de garganta naranja y aparearse
con sus hembras, ya que estos no pasan demasiado tiempo con cada una de
ellas, aunque no pueden hacer esto mismo con los de garganta azul,
cuyas hembras son fieles y se enfrentarían a ellos. Resumiendo, este
comportamiento complejo sería algo así como un juego de
piedra-papel-tijeras, donde los naranja vencen a los azules, los azules a
los amarillos y los amarillos a los naranja.
Lagarto uta. Fuente |
Sepia, orden Sepíidos. Las sepias macho grandes y
fuertes pueden buscar un territorio y unas rocas apropiados para que las
hembras puedan realizar la puesta y rodearse de varias de ellas,
defendiendo dicho territorio frente a otros machos que quieran fecundar a
las suyas. Pero algunos machos más pequeños y más inteligentes pueden
usar sus cromatóforos y sus espectaculares cambios de color para
parecerse a las hembras y pasar desapercibidos internándose en el feudo
de otro macho más grande y fuerte. El nivel de engaño es tan elaborado
que incluso pueden llegar a realizar juegos y caricias con el macho
dominante para engatusarlo. Cuando no hay peligro revela su verdadera
apariencia frente a alguna de las hembras que se deja fecundar por él,
huyendo del lugar inmediatamente después.
Sepias. Fuente |
Combatientes, Philomachus pugnax. Los combatientes son
unas aves cuyos machos en celo tienen grandes gorgueras de plumas y
moños auriculares, que varían individualmente en colores y en diseño.
Los machos se exhiben compitiendo unos con otros sobre un área especial
de terreno, no solo para impresionar a las hembras, sino para establecer
jerarquías entre ellos. Asimismo, según las estrategias que usen
podemos diferenciar tres tipos de machos, los "territoriales", que son más grandes y agresivos hacia otros machos, pasando la mayor parte del tiempo peleando con los demás; los "satélites",
que son también grandes como los anteriores, pero menos fuertes y más
ágiles y llamativos, con un mayor número de plumas de colores. Al
contrario que los territoriales, los satélites no tienen un territorio propio para proteger sino que viven junto a los territoriales
dentro de su territorio, compartiendo algunas de las hembras. Los
primeros toleran su presencia debido a que son muy llamativos y es
posible que gracias a ellos más hembras sean atraídas a su territorio.
El último tipo son los raros "bisexuales", mucho más pequeños y
débiles que los anteriores y con aspecto que recuerda ligeramente a las
hembras, que también son tolerados en los territorios de los primeros,
debido a que los comportamientos homosexuales de estos atraen
poderosamente a las hembras. Las hembras de combatiente son
extremadamente promiscuas y se aparean con los tres tipos, aunque el
orden de preferencia es 1º bisexuales, 2º satélites y 3º territoriales.
Combatiente. Fuente |
Como habéis podido observar el mundo animal no deja de sorprendernos, y
eso que lo que hemos visto aquí no es más que una pequeña muestra, que
podríamos ampliar mucho más haciendo un recorrido por las diferentes
estrategias sexuales que tienen las múltiples especies que habitan
nuestro planeta.
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